Ramón Luis Olivera está entre los 5 mejores jugadores que este hincha vio en Acosta y Pacheco, a puro talento, y pura magia.
Para los que no tuvieron la suerte de verlo jugar, era hábil, inteligente, desequilibrante, de esos pocos jugadores capaces de que con un solo toque pueden cambiar o definir un partido, de esos pocos por los que valía la pena pagar una entrada, pero no pudo jugar en la primera división “A”, quizás por poca aplicación al entrenamiento, pero talento, eso sí que le sobraba.
Olivera, nació en Merlo, provincia de Buenos Aires, el 4 de marzo de 1961. Fue a la escuela primaria 12 Almirante Brown, y luego al Industrial 1 San Luis, ambos de Merlo. Comenzó a jugar al futbol en el club Argentinos Junios a los 12 años, y en este club compartió entrenamientos con el mismísimo Diego Armando Maradona. De su camada llegaron a jugar en primera división entre otros, Silvano Espíndola, Sergio “Checho” Battista y Claudio “Bichi” Borghi (foto 2), fue dirigido por el recientemente desaparecido, Miguel “Zurdo” Ángel López y por Carlos Spadaro. Fue en este club donde fue “bautizado” con el mote de “Mago”, por las maravillas que podía hacer con la pelota.
Al fallecer su papa Luis, (cuando el “Mago” tenía 17 años) el cual era quien le insistía, y al que le dio todas las posibilidades para que solo jugara al futbol, abandonó el club. A pesar de que Argentinos lo mandó a buscar en reiteradas ocasiones, se negó a retornar sistemáticamente.
Luego le surgió la posibilidad de jugar en el club All Boys, ya que en esos años Argentinos y en este club tenían algunos jugadores en común, y además aprovechando el retiro del “Monito” Roberto Oscar Zarate (jugador de mucha trayectoria), ya que el club buscaba a alguien que lo pueda reemplazar, se reunió con el presidente, pero no llegaron a un acuerdo económico, ahí estaban en ese tire y afloje. Hasta que una tarde, golpea en su casa el empresario Carlos Alberto Sacaan, para preguntarle si le interesaba jugar en Ituzaingó. La respuesta fue sí, pero le pidió que él en persona se hiciera cargo de pagarle el sueldo, a lo que Sacaan contestó que estaba de acuerdo y que no iba a tener problema alguno y no lo tuvo.
Sacaan le pagó siempre lo convenido y algo más, pasaba a cobrar su sueldo por la panificadora, y además el club estaba bien administrado, con buenos dirigentes y muy humanos. Luego, con el tiempo se convirtió en la debilidad de Sacaan y se hicieron grandes amigos.
Llego al “Verde” en el año 1983 y estuvo hasta 1987 (fotos 3 y 4), donde jugó un total de 59 partidos, convirtiendo un sólo gol.
Por esos años el técnico del “León” era Mario Griguol, cuando este técnico se fue a dirigir al club El Porvenir, sabiendo la calidad que tenía el “Mago”, se lo quería llevar con él. Olivera lo habló con Sacaan, porque el pase se lo había cedido a él, pero finalmente arregló con Enrique Merelas, con el que también tuvo un muy buen trato.
En El Porvenir no le fue del todo bien, ya que llegó en plena recuperación de una operación de meniscos y ligamentos cruzados, no pudo jugar demasiado porque además se encontró con un buen equipo y ya armado.
La temporada 1989/90 la juega en Berazategui que armó un gran plantel para ascender y ascendieron siendo invictos, con más goles a favor, con menos en contra, y amenizaban el largo viaje a Berazategui junto al “Negro” Ramos Alberto Peloso y Hugo Chaile, ya que viajaban desde Haedo en tren hasta Temperley y de ahí combinaban a La Plata, pero el sacrificio valía la pena porque tenían buen equipo y lo bueno era que cobraban en término. También tuvo un paso por el club Comunicaciones.
Luego pasa al club Lujan (91/92) (foto 5), junto a Juan Aloe, Osvaldo Langone, Peloso y Hugo Chaile, y también ascendieron, pero al retirarse el presidente de la institución, el “Mago” decide emigrar al Deportivo Merlo, ya en los años 1992/93, (foto 6) y llegaron a una final con Nueva Chicago, pero la perdieron por penales en cancha de Vélez, donde el “Mago” no jugó ese partido por estar lesionado. Ahí puso punto final a su carrera en el futbol con apenas 31 años.
¿Entonces, porque tan extraordinario jugador no llegó a primera “A” o a jugar hasta internacionalmente?
El lado oscuro del “Mago” fue la noche, se escapaba de su casa a la madrugada, volvía por la mañana, agarraba el bolsito y se iba a entrenar, también disfrutaba mucho de jugar en los potreros.
Olivera volvió en muchas oportunidades a Acosta y Pacheco donde había sido tan feliz y tenía tantos buenos recuerdos, tanto de los hinchas como de sus compañeros, pero ya no fue lo mismo, porque ya no estaba su amigo el “Turco” Sacaan, que fue quien tanto lo ayudó y apuntaló siempre a su familia, sobre todo también en un momento difícil de su vida.
Luego del futbol se dedicó durante muchos años a trabajar como pintor de obras, luego fue remisero y actualmente se encuentra asociado a una empresa de remises.
Su familia está compuesta por su esposa Susana (docente) tienen 2 hijas: Ludmila de 32 (pronta a ser mamá) y Macarena de 34 años y su mascota “Morito”. Vive en el Parque San Martin (Merlo) y es hincha de Boca Juniors.
“Yo siempre digo que el “Mago” Olivera fue uno de los mejores jugadores que yo vi en Argentinos. Para mí siempre fue un gusto verlo jugar, con las medias levantadas y las patitas delgadas. Siempre lo recuerdo de cuando jugábamos y viajábamos juntos en el tren Sarmiento. Tuve la suerte de compartir con él muchas horas”, señaló Claudio “Bichi” Borghi.
Agradecimientos a Carlos Fioriti y a prensa Ituzaingó.
Fotos Andrés Romañoli.
JUAN ÁNGEL MIGUEL.